jueves, 19 de abril de 2007

Mucha lucha, poco fútbol.


El partido que la Selección nacional disputó anoche, en Mendoza, con el par chileno nos dejó sabor a poco.

Alfio Basile, el Coco, mostró su esquema preferido y también la falta de aceite y quizás la pieza clave, el enlace. El combinado nacional salió a la cancha con: Carrizo; Ibarra, Tuzzio, Diaz, Bottinelli; Belluschi, Ledesma, Sosa; Montenegro; Palacio, Pavone. Los primeros veinte minutos fueron lo mejor del partido, buen ritmo y manejo de pelota. Pero el equipo trasandino empezó a correr y ya no alcanzaba con ese poquito que hacía el equipo del Coco. La propuesta del triángulo Belluschi-Sosa-Mntenegro era, a priori, tentadora, pero nunca funcionó. Las distancias entre jugadores era enorme. Sosa debió ir a ¨encontrar juego¨ al sector derecho en un par de ocasiones. Por ese andarivel mostraron, incipientemente, algunas intenciones de progresar con Ibarra cuando Belluschi se cerraba. Pero la falencia fundamental es que el Rolfi Montenegro no es enganche, su obetivo es terminar la jugada y no empezarla. Tiene movimientos de delantero (quizás no tan de área), no fue primera opción de pase para Ledesma, fue demasiado vertical y nunca se asoció con la propuesta de buen pie que tenían los volantes profundos argentinos. No quiero decir que la culpa de la falta de juego sea de Montenegro, solo que esa no es su posición. Probó de media distancia e intento mostrar espacios entre los defensores cuando la jugada pedía que le pongan la pelota de frente y seguir jugando. Mucha confusión y lucha. La gente de contención estuvo a la altura. La defensa firme, Ibarra intentó trepar algunas veces y Bottinelli nunca. Ledesma prolijo en la contención y no tanto en la marca, tuvo bastante trabajo siguiendo a Valdivia (la figura de Chile). Carrizo muy seguro en las pocas chances chilenas. Pavone estuvo muy cntenido por la defensa chilena que no titubeaba en reventar lo mas lejos posible ni en complicarse; Palacio impreciso y con poca claridad. No hubo jugadas elaboradas de gol, solo algunos remates de media distancia y algún rebote. Se intentó con cambios en el medio sector. Salió Montenegro y entró Neri Cadozo; este ocupó la posición de Sosa y el volante Pincha pasó de enlace. Mas tarde entró Lavezzi por Palacio, le aportó un poco mas de frescura y movilidad. Luego entraron Ledesma y Ponzio por Belluschi y Sosa, y se formó un línea de cuatro volantes. En síntesis, un partido malo pero que denuncia la intención de Basile en su preferencia por la gente que le da buen trato a la pelota.

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